Y voy haciendo el camino de siempre...

Agosto es verano en España. Y para quien nació cerca del mar, al mar regresa, siempre, no hay sitio mejor para disfrutar. Ahora no puedo tumbarme al sol y dormir lo que no duermo en casa. Agus construye castillos, ciudades y habla sin parar.

No obstante siempre disfruto de sus preguntas curiosas que no respetan las vacaciones.

-Mami, explícame por favor porqué se está terminando el agua potable en el mundo.- - Mami, no tires el cigarrillo en la arena, estás contaminando el medio ambiente.-

Uff, a veces puede resultar una pesadilla, pero… ya sé que no tiene devolución. Ya me lo había explicado la enfermera. La niña nació de bajo peso, por lo que los primeros dos días permaneció en cuidados intermedios. A las 48 hs la bajaron a mi habitación, pero la petit lloró toda la noche sin parar.

Enfermera, pobrecita, llévela con usted nuevamente. No señora, ahora es suya, aquí se queda. Lo que nadie me había explicado es que tendría tanta energía. En los días que van de agosto, el sol lejos de cansarla y hacer que sea una buena niña y a las 9 de la noche esté dormida, me dice: Mami: ¿bailamos? Entonces me viene a la cabeza el Candombe de la Aduana, Agus no lo conoce, y yo…. necesito Montevideo en Barna.

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Letra: Siente el ruido de la calle no hay más perros que no ladren, se van hombres con el viento, nada espera ni un momento. Los vapores de la aduana, la basura ciudadana; los pedazos de una noche, los amores, los reproches. Y voy haciendo el camino de siempre, seré el fantasma del viejo hospital; conejo de la galera del puerto y alguno ya está empezando a tomar. Y voy haciendo el camino de siempre; seré el fantasma del viejo hospital; conejo de la galera del puerto y alguno ya está empezando a tomar.