"En todo caso te invito a llenar...

de optimismo ese buen corazón" ... (Silvio Rodriguez).

-Ella dice: ¿Vos qué opinas?. ¿Yo?... escucho la historia. Creo que tu enojo demuestra que estás tortuosamente enamorada. - Ella dice: Es que me pone los cuernos a cada rato!! así no puedo seguir. No estoy tranquila, me siento terriblemente celosa, no puedo compartir este amor, ni quiero.
Ya, te comprendo. Todos somos diferentes. Para vos amar a una persona tiene un significado y un compromiso. Algo de pertenencia tal vez... Son creencias, tan válidas como el que siente y actúa de otra forma, ¿comprendes? Y ¿quien tiene la verdad?

- Ella dice: ¿Como quien tiene la verdad? Entonces a vos ¿te parece normal? A mi nunca se me ocurriría mirar a otra persona!! soy fiel hasta que la muerte nos separe. Caramba!! qué estructurada que eres!! no me extraña que seas tan exigente con tu entorno. - Ella dice: Con mi entorno un cuerno!! con el amor, sólo con el amor!!. Ah! vale. Pienso que esta relación no te aporta nada bueno, te veo amargada, consumida en celos, ¿dónde está la energía de mi amiga? la que repetia una y otra vez: "vale la pena vivir".

- Ella dice: No está más, se fué. Este amor me está matando, no puedo trabajar, ni comer, no me concentro en nada, soy un desastre. ¿Qué puedo hacer?.

Hmmm, sé como te sientes. Sugiero que no aceptes lo que te hace mal. Si es una realidad que no se puede modificar, estaría bueno que te preguntaras porqué querés quedarte en ese lugar, ¿comprendés?. ¿Qué ganas y qué pierdes en esta relación? ... no sé, lo sugiero, nada más. - Ella me mira y dice : Y tú, ¿cómo eres? ¿Yo?... tomo mi guitarra y le canto ... "sólo deseo que para tu mal, tenga alivio mi vieja canción"... Silvana.

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Letra: A veces siento deseos de amor y a menudo no puedo beber. Para esa hora busqué una canción con la que me entretengo la sed. Tiene delirios de la tradición y otras hierbas que suelo rumiar...ya te la voy a cantar. Yo soy como soy y a casi todo el mundo le pedí prestado. Yo soy como soy y a casi todo el mundo yo le tiendo mano. Dime qué pena te puedo curar, yo quisiera también ser doctor. Sólo deseo que para tu mal tenga alivio mi vieja canción. Lo que te doy de mortal a mortal se desprende gustoso de mí...el resto espera por ti. Sé que hay dolores que no curarán ni la más esmerada canción, en todo caso te invito a llenar de optimismo ese buen corazón. Vale la pena dejar de llorar y hacer cita con el porvenir...vale la pena vivir.