04 noviembre 2005

La región del cerebro que regula los hábitos


Este artículo además de resultarme muy interesante, me ha hecho reflexionar acerca de mis propios habitos, manías o costumbres, y lejos de asustarme, me ha resultado un ejercicio muy divertido. Hice una lista de mis más comunes otorgándoles una puntuación, y el que llevó el puntaje más alto fué mi hábito de tomar Mate. Conforme analizo la situación me pongo a prueba en abstenerme, y caigo en la cuenta de que desespero!!, lo cual me hace pasar a la segunda fase: tengo adicción. Desde mi punto de vista, un hábito puede convertirse en manía y porqué no, a mucha honra!!. En el glorioso puesto 2 figura: No comer absolutamente nada después de cepillarme los dientes (muy efectivo en época de dieta). 3: Por la mañana al levantarme no encender radio ni TV. Escuchar al pororó de mi hija hasta que la dejo en su escuela, es suficiente. 4: Mirar el color del barquito del "clima" Es un invento maravilloso, que muchos aquí no conocen. Tiene 3 colores: Azul: buen tiempo; Rosado: lluvia y Violeta: inestable, cambiará a uno u otro color. Siempre acierta. 5: Comprobar que el ordenador esté encendido y el Adsl funcionando. 6: Cerrar la toma de gas antes de salir de casa. 7: Revisar que tenga café y leche para el siguiente día. 8: Hacer las camas antes de salir, es un placer llegar de trabajar y verlas tendidas.9: Mirar que la Tortuga Natalia respire y viva, (después de la misteriora muerte de la primera estoy alerta). Y por último, el número 10: sacar la cabeza por la ventana todas las mañanas para sentir el aire en el cuerpo y decidirme si salgo con abrigo o no. Benditos hábitos los que me satisfacen y hablan de mi. Celebro por ello!! Silvana.
Noticia: En el cerebro existe una región que cambia cuando adquirimos un hábito determinado, que vuelve a cambiar cuando este hábito se abandona, pero que rápidamente se reactiva cuando algún elemento nos recuerda la vieja costumbre abandonada. Dado que adquirir una rutina supone un esfuerzo considerable, el cerebro almacena en su memoria la “plantilla” del hábito, para reactivarla ante la más mínima señal. Estos patrones se desarrollan y establecen en el llamado ganglio basal, cuyas funciones son esenciales en la adquisición de los hábitos, las adicciones y los procesos de aprendizaje. Su descubrimiento ayudará al tratamiento de enfermedades como el Parkinson o las obsesiones. Los hábitos nos ayudan en la vida cotidiana, porque permiten que no tengamos que estar decidiendo cada uno de nuestros actos continuamente. Rutinas constantes quedan de esa manera delimitadas antes incluso de que nos pongamos manos a la obra, lo que nos hace ganar tiempo. Los malos hábitos, sin embargo, también existen, y condicionan nuestro comportamiento y nuestra mente. La dificultad para deshacernos de ellos es mayúscula. Además, una vez que se pierden, quedan latentes dentro de nuestro cerebro.

"Duendes, o algo así" - Jordi Cebrián


Está en todas las tradiciones de todas las culturas: seres diminutos que aparecen de noche en los hogares y esconden las cosas para que los propietarios no puedan encontrarlas al despertar. En mi casa es también así, como en todas las casas, pero en la mía son más trabajadores. Suelo acostarme tarde y levantarme pronto, así que les queda poco tiempo, pero lo aprovechan bien: llaves, libros, papeles, cuentos maravillosos que escribo por la noche y que no vuelvo a ver ni a recordar por mucho que me esfuerce, y debo conformarme con escribir de día tristes sucedáneos como éste.