14 enero 2006

"Discúlpame... tengo la casa tan revuelta"


He llegado a la conclusión que el orden me desordena. No es que mi casa sea un caos ni mucho menos, pero observo que al igual que los Sistemas Operativos, soy una mujer multitarea. Mientras cargo la lavadora, tiendo las camas; paso por el ordenador, pincho a ver si hay correo y elijo el cd de música que me acompañará en la mañana. Luego regreso a la cocina, siento el vapor de la cafetera italiana y su delicioso aroma, y asi voy, como una especie de robot haciendo varias cosas a la vez. No me molesta, lo tengo incorporado. Mis cajones tienen cantidad de papelitos que guardan nombres, teléfonos, alguna que otra fecha importante y varias cosas más. Como decia mi analista, "mucho orden por fuera es un gran desorden por dentro". Maravilloso!! que razón tenia el buen hombre. Y en función de aquélla digna definición, me lancé a la aventura de "vivir el orden de mi vida". Sólo me fastidio cuando no encuentro algo en especial, y entonces me ataca la culpa de mujer desordenada ... hasta que el objeto aparece y me olvido rápidamente, porque si algo no soy es rencorosa ... todo lo contrario, me perdono enseguida, porque me quiero mucho, jeje. Ahora observo que Agus genéticamente lo ha heredado, y entro en pánico. Pobre niña!! no puede ser, e intento corregirla, para que no le suceda lo mismo, y viva en un mundo equilibrado... ¿para quien? Naaa, no debe ser así. Y cuando ella comienza a decir: "mami, no encuentro la goma; ¿dónde está mi libro?; se me perdió el sacapuntas, etc, etc ... pienso qué maravilloso espejo tengo delante de mi. Antes que pueda explicarle que no se puede vivir en un caos, ella, me mira y dice: "Tranquila mami, los Reyes me han traído esta varita mágica para ordenar todo". La verdad es que pienso que debería encontrar el punto justo a esta ley, pero no sé cómo... y la verdad ... no sé si quiero. (Discúlpame, tengo la casa tan revuelta. Parte de una canción de Canoura, llamada "Bienvenido" que no estoy autorizada a subir). Silvana.