11 febrero 2006

"Dejo que cada momento...

me revele la verdad".
Me gusta darme cuenta que puedo elegir muchas cosas. Elijo levantarme feliz cada mañana, devolverte la sonrisa, desearte tengas un buen día y despedirnos con un abrazo. Mientras en el cole la jornada se te hace eterna, mi pequeña, la mía transcurre rápida e intensa. Como si el tiempo no me diera tregua… y me gusta. Elijo perderme en la lectura y dejar que la fantasía me cautive, así como en preparar tu comida preferida, aún sabiendo lo mala que soy en este arte.
Elijo compartir mi tiempo con las personas que me hacen bien, con las que disfruto la charla y río tanto. Mientras hablamos de tres o cuatro temas, bebemos té, café da igual, el encuentro me enriquece como persona y me aporta alegría. Alegría que llega de tantos sitios diferentes, entra en mi vida y se reparte, sale a caudales convertida en risa y muchas veces en canciones.
Elijo mirarte a los ojos dejando que el silencio se instale, porque entre tu mirada y la mia, entre tu boca y la mia… no hay secretos. Y entonces elijo caminar a tu lado, escucharte y dejarme sorprender, que por cierto me resulta excitante.
Elijo las palabras fuertes a las no comprometidas, los enojos sinceros a las sonrisas falsas. Elijo los abrazos a los apretones de manos, el perfume de tu cuerpo a la fragancia más exitosa, mirar el atardecer frente al mar a cualquier otro paseo disponible.
Elijo algunos sentimientos apartarlos de mi vida. Por eso muchas veces le cierro la puerta al dolor, a los celos, a la indiferencia. Y entonces me preguntas si lo controlo todo. Yo te susurro al oído (porque sé que te encanta) parte de la canción que suena en mi cabeza: “de las cosas que te cuento miento sólo la mitad…” Silvana.

Días menos, días mas

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De las cosas que yo siento no comprendo la mitad, dejo que cada momento, me revele la verdad. Me encandilan los destellos de alguna estrella fugaz y me abandono de nuevo a los vientos del azar. Antes voy a pasar por tu vereda a dejar una señal, que te diga que regreso, dias menos dias mas. De las cosas que te cuento miento sólo la mitad, ya no se si tengo miedo o tal vez sienta piedad. Me acomodo en el espejo el disfraz de explorador, y anotada en un cuaderno me llevo tu dirección. Antes voy a pasar por tu vereda a dejar una señal, que te diga que regreso, dias menos dias mas. A pesar de que lo evito vuelvo a estar en la mitad, de un vistoso laberinto con paredes de cristal. Y tras largas carreteras me deslumbra un resplandor, que recorta tu silueta dibujada en el carbón. Antes voy a pasar por tu vereda a dejar una señal, que te diga que regreso, dias menos dias mas.