18 enero 2006

Prefiero amar ...



Prefiero amar

Powered by Castpost - Luis Eduardo Aute

Llevo meses pasando en el ordenador una serie de cuentos para niños (creados por mi jefa) que tienen que ver con "Los miedos", cómo reconocerlos y manejarlos, buscando recursos para ello. Llevan dentro algunas cartas dedicadas a los padres, a modo de orientarlos y comprometerlos en este proceso de aprendizaje educativo, donde sus hijos se verán beneficiados en el futuro. Todo para "Aprender a vivir bien". Es muy interesante. Trabajo con una mujer maravillosamente creativa, donde la catarsis es casi diaria y no cualquiera le puede seguir el ritmo. No sólo se prepara el contenido del cuento, sino también la diagramación, las imágenes, (también dibujadas por ella), escanearlas, limpiarlas, colocarlas en cada página, los diálogos, etc. Parece que después de tantos meses, estamos llegando al final, y ahora estoy traduciendo, del catalán al castellano. Pero en pleno trabajo de estos días, observo que la creatividad puede llegar a ser obsesiva. De pronto la memoria me trajo citas amorosas... que nada tienen que ver con los cuentos. Comencé a distraerme. El cuerpo me daba señales, y no de miedo precisamente, sino de encuentros y deseos. Caramba! tengo la libido por las nubes, pensé. Dice la psicología sistémica (la cual descubrí al lado de esta mujer) que lo que nos queda en la memoria son las marcas afectivas que nos hacen vibrar, que nos estremecen. Y son marcas profundas, donde depende cómo se manejen y la aprobación que tengan en mi entorno, formarán patrones mentales que seguiremos cuando seamos adultos. O sea que, el deseo y como canalizarlo, es un patrón mental. Bien, brindo por ello, por darme cuenta, y saber que si es un patrón mental puedo modificarlo, está en mis manos. Mi jefa me llama al orden ... oye, ¿me escoltas? (¿me escuchas?). Donde estabas? ... Querida jefa, estaba aplicando tus cuentos... Silvana.