17 febrero 2006

"Arráncame la vida de un tirón ...


que mi razón se fué contigo". (Chico Novarro)

Lil es divina, se lo digo. Tiene una energía que admiro siempre en las mujeres, imponiendo alegría en cualquier reunión, saca fuerzas de donde sea para seguir adelante. Luchadora, currante. Sentada a mi lado comienza a cantar, “Arráncame la vida de un tirón”… y yo con ella. Canoura lo canta divino, que lo sepas. Entonces se me dispara la cabeza, para variar, y me quedo sumergida en la letra del bolero.

¿Por qué las canciones se me cuelan en el cuerpo, en el corazón, en el alma? Así, sin pedir permiso, atrevidas, seductoras, como las poesías que escuchamos esta noche. Tanta poesía te deja levitando, y uno ve la sala llena y comprueba que pese a la era del Blog, del Chat, de cualquier tipo de chantaje al contacto personal, la voz, la música que tienen las palabras, como bien dice Cristina, no mueren, son más dulces que cualquier emoticon que escribas y vivirán por siempre.

Los que están en la sala sienten como uno, aunque los móviles suenen y las cámaras de fotos ahora sean digitales. Cuando la voz se impone, y el peso de la palabra te devuelve la sonrisa, hay miradas cómplices que se encuentran y el silencio es absoluto.

La alegría se cierra en el aplauso y en la sensibilidad de la piel. Falta música pensé. Habrá en la próxima, seguro… (y entonces te hice un guiño). Silvana.


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Blog:
www.lauracanoura.bitacoras.com

Letra:
Arráncame la vida de un tirón, que el corazón ya te lo he dado. Apaga, uno por uno, sus latidos, pero no me lleves al camino del olvido. Arráncame la vida de un tirón, que mi razón se fue contigo. Oblígame a vivir para tu amor, pero no me obligues a decirte adiós. Arráncame la vida de un tirón, que el corazón ya te lo he dado. Exhibe mi cariño ante la gente, pero no me quites la alegría de tenerte. Arráncame la vida de un tirón, que mi razón se fue contigo. Oblígame a vivir para tu amor, pero no me obligues a decirte adiós. Arráncame la vida de un tirón, que el corazón ya te lo he dado. Oblígame a vivir para tu amor, pero no me obligues a decirte adiós.